Paseando por el bosque, el solitario rey Tristán conoció al que sería su más admirado amigo, Balzac. Desde su primer encuentro, ambos sintieron una extraña afinidad. Habían vivido grandes aventuras, participado en honrosas gestas, e irradiaban una vitalidad impropia de su edad.
Cierto día, Tristán preguntó a Balzac como era posible no haber oído hablar antes de un espíritu tan ilustre y afín. Balzac, que era campesino, desveló al rey que en su mente había un reino más basto y poderoso incluso que el suyo. Solo a él debía sus proezas y su genialidad.
Me parece brillante este relato.La vida es sueño
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